Sobrepeso puede acarrear problemas en la espalda.
El dolor en la espalda baja es frecuente en pacientes que presentan obesidad o sobrepeso.
Nuestra columna vertebral está diseñada para sostener el peso del cuerpo. Cuando la persona padece sobrepeso, la espalda se ve obligada a sostener esta carga excesiva, lo que puede provocar un daño en su estructura y lesiones.
Si su cuerpo tiene un peso excesivo (sobrepeso), la espalda tenderá a compensar inclinándose (o bien hacia delante o bien hacia atrás) para tratar de buscar una nueva estabilización. Esa situación, mantenida en el tiempo, dará lugar a una curvatura antinatural de la espalda.
Nuestra columna vertebral está diseñada para sostener el peso del cuerpo.
Por ello la columna soporta el peso de la masa del torso. Cuando ese peso aumenta, el torso se expande y aumenta la carga en la columna. Consecuencia de ello, el torso se mueve por delante de la pelvis, o a un costado, alterando la posición neutral de la columna, y la fuerza que soporta la columna lumbar baja, aumenta. Con todo esto la columna vertebral puede sufrir daños en su estructura, generando dolores crónicos de espalda agudos y crónicos progresivos.
Imágenes de resonancia magnética han mostrado que la disminución del espacio intervertebral y el abombamiento del disco hacia el canal espinal son los principales cambios característicos en pacientes obesos.
Tratamientos
El tratamiento para el dolor de la espalda baja debe incluir ejercicios donde se evite la carga sobre la columna, en especial la hidroterapia. Para pacientes con obesidad mórbida lo más recomendable es someterse a tratamientos agresivos para perder peso, incluso la cirugía bariátrica.
Prevenir el Sobrepeso
Por todo anterior, el primer objetivo de todo paciente con dolores de espalda generados por el sobrepeso es recuperar el peso ideal. La Sociedad Americana de Obesidad lo advierte: las personas con sobrepeso importante o que ya padecen obesidad tienen un altísimo riesgo de sufrir dolor crónico de espalda.
El sedentarismo suele provocar una menor flexibilidad y una mayor debilidad de los músculos de la espalda, la pelvis y los muslos.
La recomendación afecta a toda la población en general, pero sobre todo a las mujeres porque, por lo general, suelen tener una musculatura más débil y su columna vertebral puede quedar más expuesta a las agresiones.
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