Artrosis Pulgar o Rizartrosis, es debida al desgaste prematuro de la base del pulgar, que afecta más a las mujeres, y en edades a partir de los 55 años.
La Artrosis Pulgar, ¿en qué consiste?
La Artrosis Pulgar es una enfermedad degenerativa del cartílago a nivel de la articulación de la base del pulgar, y más concretamente, entre la base del primer metacarpiano y el hueso trapecio de la muñeca (ver foto).
Cuando realizamos movimientos repetitivos, ya sea por nuestra vida personal o laboral, esos movimientos generan desgaste, como en cualquier parte mecánica de un motor. Se va perdiendo progresivamente el cartílago de la articulación y finalmente puede producirse el roce directo entre los huesos.
¿Cómo identificar la Artrosis del Pulgar?
Podríamos resumirlo en 3 puntos:
1.- Dolor centrado en la base del pulgar, que con el movimiento aumenta pero a medida que la zona “se calienta”, el dolor disminuye.
2.- Así como limitación del movimiento del pulgar
3.- Y además se produce la deformidad en la articulación, acompañado de pérdida de fuerza.
Consecuencias de la Rizartrosis
El dolor genera la pérdida de fuerza en la función pinza, con lo cual el mero hecho de coger un vaso, cerrar el pestillo de una puerta o subirnos los calcetines, puede suponer dolor y esfuerzo desproporcionado.
Tratamiento de esta Artrosis
Dado que no tiene cura, todos los tratamientos pasan por disminuir el dolor y detener la degeneración articular.
Podemos identificar la dolencia en dos partes:
Si hablamos de una fase inicial, lo que se pretende es aliviar el dolor, frenar la evolución de la enfermedad y mejorar la funcionalidad de la mano. Con todo esto se consigue mejorar la calidad de vida de la persona y retrasar lo máximo posible una posible intervención quirúrgica.
En la mayoría de los pacientes este tratamiento simple, acompañado de ortesis que alivien el dolor, son suficientes para el control de dolor y mantenimiento de la función.
Las ortesis destinadas al tratamiento de la Rizartrosis alivian el dolor, y facilitan la vida del paciente, presentándose en diferentes formatos ya sea para un tipo de actividad personal u otro.
También se recomienda acompañar a estas ayudas, con ejercicios y tratamientos de fisioterapia, los cuales mejoran y alivian las dolencias.
Y por supuesto, además de estos tratamientos paliativos, está el saber convivir con nuestra situación: Mejora de posturas, ejercicios de estiramiento, cambio de hábitos… échele un vistazo al enlace.
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